La palabra bonsái significa “árbol en maceta”. Tal y como hemos mencionado en la introducción del artículo, al contrario de lo que pueda parecer, un bonsáis no es un árbol genéticamente diminuto, su pequeño tamaño se consigue gracias a un paciente trabajo de poda y atención constante. A continuación te contamos 13 curiosidades sobre los bonsáis que seguro que no sabías:
- En China y Japón se conservan ejemplares de más de 1.000 años de antigüedad.
- Consideradas verdaderas reliquias del arte floral y vegetal del pasado, pueden alcanzar precios superiores a los 400.000$.
- La primera mención a los bonsáis se remonta al s III a. C., en China.
- Crear un bonsái es una obra maestra que, a diferencia de otras formas artísticas, evoluciona y cambia cada día.
- El bonsái es un árbol y por lo tanto, una planta de exterior que necesita agua y la luz del sol para sobrevivir.
- Hay que regarlos a diario en toda la superficie de su recipiente, incluso por las hojas y el tronco.
- En Japón, hasta hace pocos años, para que una familia fuera considerada de “rancio abolengo” debía poseer al menos un bonsái de más de 300 años.
- Para que un bonsái pueda considerarse “perfecto”, debe contar con una especie análoga en sus condiciones originales de forma, tamaño y aspecto.
- El cultivo de los bonsáis en la Antigüedad estaba reservado a las clases altas ya que representaban cualidades como el refinamiento, la grandeza de espíritu y la nobleza.
- Algunas de las especies más bellas, especialmente las coníferas y las caducifolias, se desarrollan mejor en climas fríos.
- Los bonsáis son los únicos árboles que no se plantan para poder alimentarnos por sus frutos, aprovechar su madera o repoblar los bosques. Su función ha pasado a ser exclusivamente la de un bello elemento de alto poder decorativo y relajante.
- Antiguamente se creía que a través del cultivo de un bonsái una persona era capaz de alcanzar la inmortalidad.
- Algunos bonsáis son famosos y están en museos o colecciones privadas. Por ejemplo, el «Pino Blanco de Yamaki» en el Museo Nacional de Bonsái en Washington D.C. sobrevivió a la bomba atómica de Hiroshima y tiene más de 390 años.